En este artículo, os explicamos los 10 errores que según Pep Guardiola cometen muchos entrenadores que intentan implantar un modelo de juego combinativo en sus equipos:


  • El sistema requiere que ningún jugador se crea más importante que el equipo y siempre se debe priorizar el juego colectivo. Las decisiones de todos los jugadores deben estar supeditadas a un objetivo común. Los movimientos de unos deben beneficiar a los otros.

 

  • Por más que tu rival se cierre, siempre se debe intentar seguir jugando con dos líneas: medios y delanteros. Entre unos y otros debe haber entre 10 y 15 metros de distancia y no todos en una única misma línea. Se trata de la desesperación por estar en el área: si hay mucha gente por delante de la línea del balón, no hay construcción.

 

  • Terminar rápido las jugadas. Es la desesperación por culminar cuanto antes las jugadas: habrá menos control en el juego, un equipo estirado, las líneas separadas y posiciones impertinentes.

 

  • Escaso ritmo de balón. El objetivo es crear los espacios para quebrar defensas y no hacer un rondo sin sentido. Cada pase, cada movimiento debe tener un sentido. Si finalizas la jugada, aunque no sea en gol, no hay posibilidad de sorpresa del rival a la contra. Si finalizas la jugada les obligas o a sacar de portería o de banda y tú te reorganizas sin más. Si una vez y otra buscas el rondo por el rondo, más tarde o más temprano uno cometerá un fallo. Y si este es en zona de peligro, todos a correr y con desventaja. Los pases de riesgo siempre se deben realizar arriba, cerca de la portería contraria y nunca de la propia.

 

  • Toques y pases. El sistema requiere toques para mantener la posesión, pero, indudablemente, si no es acompañado por pases no hay rupturas. Los pases deben superar líneas rivales.

 

  • Atasco central. Es la falta de amplitud, estrechar el campo, abusar en exceso de querer entrar por el centro, haciendo todavía más pequeño y superpoblado el campo.

 

  • Posesión para someter, no para ser sometido. La posesión de balón es un fenómeno construido, porque es una posesión que pretende desestabilizar al contrario, eliminar rivales, condicionar su balance defensivo obligándolo a jugar a merced de ello, y no como el rival desea.

 

  • Trabajar la recuperación tras pérdida. El equipo, cuando pierde el balón, debe encontrarse junto para que pueda presionar tras perderlo y sea muy difícil hacerle una contra. En definitiva, el ataque condiciona nuestra forma de defender y, por causa y consecuencia, condiciona el juego del contrario.

 

  • Defender muy atrás. Se trata de un error frecuente de muchos equipos que quieren jugar en este estilo: tiene más riesgo esperar atrás, retroceder cerca de tu meta, que defender en líneas avanzadas.

 

  • Tirar balones largos como inicio del juego. Es fundamental que las superioridades se vayan construyendo desde atrás, de la primera línea; por eso, es un principio fundamental de su idea de juego: que el balón salga limpio desde los defensas.
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